Las fuentes decorativas, así como el agua, siempre tuvieron un papel relevante en la decoración de exteriores. Si tiene un jardín o patio con mucho espacio, puede convertirlo en su oasis particular colocando una fuente ornamental. Para que disfrute de una nueva experiencia sensorial en sus espacios exteriores, mostramos las diferentes posibilidades de las que dispone para instalar una fuente creando así un refugio de relajación al aire libre.
El centro de la estructura:
La fuente debe presidir la composición del jardín, por lo que recomendamos posicionarla en un punto especial, donde sea el centro visual. Puede colocarla cerca de la puerta de entrada del jardín, debajo de una ventana o balcón por ejemplo. Como resultado tendrá un rincón único en el que relajarse con el sonido de un manantial rodeado de sus plantas favoritas.
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Una fuente para cada espacio
Sea cual sea el tamaño de su jardín o patio, siempre habrá una fuente que se adapte con el resto de la decoración, sea por dimensiones, material o estilo. Puede ser de piedra, de fibra de vidrio, de cerámica, de acero inoxidable, de cobre y de muchos otros elementos. Considere que, para que circule el agua, es necesario un motor y que éste requiere una toma eléctrica cercana.
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Muros de agua:
Puede aprovechar un muro o una pared para instalar una fuente de donde fluye una corriente de agua, creando así una especie de efecto cascada. De esta manera, el agua, escurriendo por la piedra o en caída libre, aterrizará sobre un recipiente o un pequeño tanque, creando un muro de agua lleno de movimiento y de brillantes reflejos.
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Cadenas de agua:
Disfrute de los caminos con desniveles para crear pequeños cursos de agua que le acompañarán durante sus paseos por el jardín. Piense en un sonido que produce el agua al escurrir por las laderas o escaleras del canal y suelte la imaginación. Incluso con un regador puede inventar una original fuente decorativa.
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