El óxido se ha vuelto el enemigo de todos los que practicamos el bricolaje pues se lleva consigo la efectividad de nuestras herramientas dejando capas de color marrón que acaba destrozándolas y dejándolas inservibles. Sin embargo existe una fórmula mágica para devolver el aspecto “saludable” a nuestras pertenencias de metal, sólo necesitaremos un paquete de 2 kg de ácido cítrico, un cubo de plástico y agua caliente. ¡Toma nota!
Paso 1
Llenamos el cubo de agua caliente y añadimos algo más de 1 taza de ácido cítrico por cada litro de agua. A continuación, removemos bien hasta que la mezcla sea homogénea e introducimos los objetos oxidados.
Paso 2
A los 15 minutos ya empezaremos a ver como se forma burbujas alrededor de las zonas oxidadas. Esto se debe a que la reacción química del ácido con el óxido produce gases.
Paso 3
Cuando las herramientas lleven sumergidas un par de horas veremos como la solución empieza a ponerse amarilla. Si queremos podemos sacar las herramientas y frotarlas un poco para quitarles la capa de óxido superficial y acelerar el proceso.
Paso 4
Si disponemos de un cepillo de cerdas metálicas podemos usarlo ahora. tened en cuenta que estos cepillos son mucho más abrasivos que uno normal, por lo que si no queremos arañar demasiado la superficie, es mejor no utilizarlo.
Paso 5
Una vez hecho esto depositamos los objetos metálicos otra vez en la solución y lo dejaremos toda la noche. Al día siguiente es bastante probable que encontremos restos de óxido en el fondo del cubo. Eso es que ha la mezcla ha trabajado bien.
Paso 6
Ahora solo tenemos que sacar las herramientas de la mezcla, secarlos con un trapo y aplicarles alguna capa protectora para evitar que vuelvan a oxidarse. Un poco de aceite o laca puede servir.
La explicación es que la acidez de la mezcla disminuirá su fuerza limpiadora pasadas unas 24 horas. Además, si queremos limpiar más objetos solo tenemos que hacer una mezcla nueva y repetir todos los pasos.