Paletinas, brochas y pinceles son herramientas para pintar imprescindibles a la hora de realizar cualquier trabajo de este tipo, ya sea sobre muebles, objetos o paredes. Esta guía pretende que las conozcas a fondo y aprendas a distinguir entre las diferentes calidades.
¿Brocha, paletina o pincel?
Existen tres componentes fundamentales en toda paletina, brocha o pincel:
Mango, que es por donde se sujeta la herramienta. Normalmente es de madera o plástico.
Virola, que es la pieza de metal que actúa de nexo de unión entre el mango y las cerdas.
Cerdas, que es la parte que se humedece en la pintura.
Además, hay un cuarto elemento que no está siempre presente pero que suele ser bastante habitual en brochas y paletinas: la cuña. Esta pieza de plástico o madera se sitúa en el interior de la virola, rodeada por las cerdas.
En cuanto a la clasificación por su forma, la brocha prensada se distingue por ser redondeada y tener las cerdas largas y espesas. Se usa para pintar objetos de pequeño tamaño o superficies estrechas e irregulares como por ejemplo molduras, torneados, etc.
Las paletinas son planas y sus cerdas se disponen de forma rectangular. Distribuyen la pintura mejor que las brochas, por esta razón son las más indicadas para cubrir grandes superficies lisas como por ejemplo tableros de mesa, armarios o librerías.
Existen diferentes tipos de paletinas según el trabajo a realizar, como por ejemplo:
Paletina angular, ideal para perfilar.
Paletinas para conseguir efectos decorativos.
a cerda o pelo es la parte fundamental de una brocha, paletina o pincel ya que es el vehículo que transporta la pintura. De ella dependerá en gran medida el resultado final, si bien la destreza y habilidad del pintor también es un factor importante.
La cerda natural se obtiene del lomo de los cerdos y jabalíes. Este tipo de pelo suele ser grueso, de gran resistencia y elasticidad, además se caracteriza por tener la punta “abierta” ya que normalmente está dividido en varias partes (como si fuera una horquilla). Cuanto más abierta tenga la punta, de mejor calidad será la cerda ya que facilitará la distribución de la pintura.
Dentro de la cerda natural existen diferentes calidades. La cerda blanca china es la más económica, si bien la cerda procedente de las regiones de Chungking, Hankow, Shanghai e Yunan es de muy buena calidad debido a que, por las condiciones meteorológicas, el pelo es más grueso y tiene una mayor capacidad de absorción de pintura.
Aparte de la resistencia a los disolventes, la fibra sintética se diferencia de la natural por ser mucho más sensible a las altas temperaturas, pudiendo llegar a deformarse. Por esta razón no se deben limpiar las cerdas sintéticas con agua caliente ni pintar con ellas cuando la temperatura es elevada (por ejemplo en verano cuando la incidencia del sol sea directa).
Por otra parte hay que tener en cuenta que existen cerdas sintéticas de calidad que imitan al detalle la cerda natural, tanto su color como la diferencia de largos e, incluso, la horquilla de la punta.
Cerdas naturales vs cerdas sintéticas
Habitualmente se suele recomendar una cerda u otra en base al tipo de pintura a emplear: cerda natural para pinturas al disolvente y cerdas sintéticas para pinturas al agua. Esto se debe a que el pelo natural se reblandece con las pinturas al agua debido a su capacidad de retención de la misma, mientras que la cerda sintética se mantiene más firme.
La cutícula, que es la cubierta exterior formada por escamas.
Las escamas de la cerda natural retienen más humedad y la médula permite absorber más líquido que los filamentos de cerda sintética, lo que significa que siempre almacenará más pintura. Por esta razón con una brocha o paletina de cerda natural los trabajos de pintura se realizan de forma más rápida, ya que con menos pasadas se cubre una superficie mayor.
Fuente: bricolaje.facilisimo