Para evitar que las puertas de este mueble rocen el suelo al abrirlas, vamos a colocarle unas patas metálicas regulables con las que además, conseguiremos que el módulo gane altura.
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Paso 1
En el mercado encontraremos una gran variedad de modelos de patas de diferentes tamaños y materiales. Nosotros nos hemos decantado por estas patas metálicas que van en la misma línea del marco que remata las puertas del mueble.
Paso 2
En primer lugar, retiramos el soporte de fijación de una de las patas y lo presentamos en la base del mueble, bien enrasado. Con un punzón, marcamos los puntos de fijación.
Paso 3
Para sujetar el soporte, emplearemos unos tirafondos cuya longitud sea inferior al grosor de la base del mueble para evitar traspasarla.
Paso 4
Tirafondeamos el soporte y repetimos la misma operación para colocar el resto de las patas.
Paso 5
Encajamos las patas metálicas en los soportes que hemos colocado y ponemos el mueble en su posición.
Paso 6
Las patas metálicas que hemos colocado, llevan unas bases de plástico regulables, que nos permitirán ajustar la altura del mueble evitando además posibles desniveles.