En la segunda mitad de los años 80´s la NASA dio una noticia muy preocupante para la humanidad: Gran parte de la región de la Antártida habría perdido su capa de ozono originando un enorme agujero que dejaba pasar los letales rayos UV y radiación solar extrema hacia la atmósfera de nuestro planeta. El problema apuntaba a la masiva emisión de clorofluorocarbonos (CFC) como principal causante, motivo por el cual se decidió crear el Protocolo Montreal en 1987.
En el acuerdo de este protocolo se prohibía a los gobiernos y organizaciones el uso de materiales químicos que emitían cloro a la atmósfera, y tras 15 años aplicando esta política, muchos estudios no arrojaban cambios algunos hasta este año.
Ahora, pese a los datos desalentadores que apuntan a que la humanidad está destruyendo el planeta, la NASA ha salido a dar una buena noticia: ese gran agujero en la capa de Ozono se está cerrando lentamente. Según informes, elaborados con el apoyo del satélite Aura, indican que la presencia de cloro ha disminuido un 20 por ciento en 2016 respecto a los datos obtenidos en 2005.
En términos de dimensiones, la NASA informa que el agujero se ha visto reducido en cuatro millones de kilómetros cuadrados. Esto viene a ser la primera vez que se miden con precisión los niveles de cloro dentro de dicho agujero, y las cifras recabadas demuestran la eficiencia del Protocolo de Montreal. ¿Y si el protocolo de Kyoto se aplicara con la misma rigurosidad, otra historia sería el cambio climático, no?
Fuente: news.culturacolectiva