Conoce que es una jamba de puerta con sus diferentes tipos y cómo se reparan

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La jamba es en si las dos piezas de un vano que están puestas verticalmente, a ambos lados del mismo, sostienen un dintel, un arco o las arquivoltas situadas sobre ellas. Que queremos decir con esto, pues que la también conocida como tapeta, es cada uno de esos complementos que tapan la unión entre la pared y el marco. Así que hoy te mostramos de una forma más visual y relajada, cómo las jambas cumplen en parte una función así de esencial. Así que veamos donde se ubica en el siguiente gráfico:

Secciones de una puerta

¿Qué tipos de jambas existen?

Las jambas molduradas son las más habituales, aquellas con la moldura grabada, en madera o conglomerado, cubriendo puertas generalmente de estilo rústico. Pero la unión entre las jambas verticales y la horizontal se hace recortando ambos lados donde se encuentran a 45º para que se acoplan perfectamente entre sí.

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Las jambas lisas son minimalistas, para estilos modernos. Aquí no es necesario recortar a 45º el punto de encuentro, pues no hay un patrón que continuar.

Dependiendo del lugar que ocupe la puerta en la casa, las jambas suelen presentar unos u otros grosores (hasta 9 cm en la puerta de entrada, por unos 7 en las interiores, jugando con unos espesores de entre 10 y 13 mm).

En la foto de arriba vemos las piezas pétreas que conforman las jambas de un ventanal (marcadas con el n.º4 en la imagen). La palabra jamba procede del francés: jambeque significa pierna, término utilizado por la semejanza de su función que es la de sostener.

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¿Cómo soltar las jambas de la puerta?

Ya sea por golpes, arañazos o el desprendimiento que termina dejando semiarrancada una jamba, en ocasiones necesitamos sacarlas para repararlas o sustituirlas.

Para sacar una jamba necesitaremos una espátula, que emplearemos a modo de palanca.

Calamos la espátula entre jamba y pared, y vamos dando pequeños golpes secos. Se irá soltando poco a poco y sin necesidad de hacer mucha fuerza.

Muchas jambas se fijan a la pared con adhesivo de montaje, silicona, cola o clavos de cabeza perdida. Dependiendo del material, habrá que golpear más o menos fuerte, o usar unas tenazas para extraer los clavos con sumo cuidado.

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Un consejo, si quieres conservar tanto las jambas como la pared intacta, es que vayas muy poco a poco y que coloques un trozo de cartón entre espátula y pared (también puedes ponerlo sobre la jamba, creando un sándwich de protección) que absorba las rozaduras.

Fuente: homeserve

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