Sí, existen 15 cosas que puedes volver un hábito en el cuidado de tu vehículo que te podría ahorrar mucho dinero en reparaciones semestrales o anuales. ¿Estarías dispuesto a ponerlos todos en práctica? Piensa que aunque ahora hacer un pequeño desembolso no te vaya del todo bien; es posible que estés evitando una factura mucho más gorda dentro de unos meses.
1. Protege la pintura
Rayos del sol, restos de insectos, excrementos de pájaros… Todo esto agrede a diario la pintura. Aplica una capa de cera para conseguir una mayor protección; lo ideal es que lo hagas un par de veces al año ya que una mano de cera impide que penetre la humedad.
Recuerda que una pintura en mal estado resta valor al coche cuanto tratas de venderlo en el mercado de segunda mano.
2. Hazte con un accesorio protector del frontal
¿Circulas con frecuencia por tramos de autopista? Si es así, deberías inspeccionar el frontal del tu auto por si las pequeñas particulas de madera o piedras diminutas que levantan otros vehículos hubieran dañado la pintura del capó o la aleta.
3. Revisa dentro de tu auto
Por tripas del coche no nos referimos al motor si no a piezas y espacio más profundos. La protección anticorrosión de un coche moderno suele ser suficiente; pero si se trata de un vehículo con unos años a cuestas es conveniente cuidar el interior del motor con cera o grasas protectoras.
4. Repasa las juntas de goma
Los plásticos de tu coche envejecen por la influencia del medio ambiente y soportan mal el uso de detergente inadecuado. Ten cuidado si utilizas productos con fuertes propiedades abrasivas, porque son capaces de dañar las partes de goma o las piezas de plástico.
5. Lávalo con frecuencia
La acumulación de sucedad es una foco de corrosión, por eso es importante retirar pronto las manchas incustradas. Un consejo para los autolavados: realiza un prelavado con la pistola de alta presión para eliminar la suciedad de las zonas difíciles (esquinas, aletas…). Retira también las hojas acumuladas en las entradas de aire.
6. Vigila el nivel de aceite
Cuando se enciende el testigo de medición del nivel de aceite no puedes retrasar ni un minuto el relleno: eso es que está muy por debajo de la marca de mínimo (mejor que no compruebes hasta dónde puede llegar tu coche sin aceite).
7. Sustituye la correa de la distribución
Cuidado con los intervalos de cambio de correa que señala el fabricante si se terminó la garantía: es una de las averías más caras de reparar. Si se rasga antes de tiempo, lo más probable es que no recibas ninguna compensación. En cualquier caso, respeta los plazos preestablecidos como si fuera algo sagrado, incluso trata de no apurarlos y pasarte de previsor.
8. Atento a la presión de los neumáticos
No es fácil detectar un neumático en mal estado mientras conduces. Incluso un conductor experto puede percatarse de que la goma ha perdido el dibujo cuando ya es demasiado tarde. Si la presión es baja, el neumático se calentará mucho en los tramos de autopista. ¡Las deformaciones en los flancos o la banda de rodadura suponen un enorme peligro!
9. Climatizador
En teoría, el aire acondicionado es un circuito estanco. Sin embargo, la realidad muestra que, cada año, se evapora un 10% del refrigerante. Algunos componentes del circuito se cambian pasados unos años (según el uso).
10. No escatimes en recambios
Los filtros sucios o las correas porosas pueden incrementar el consumo o dañar el motor. Lo peor es el descuido de los frenos o el chasis que, además, te imposibilitarán pasar la ITV.
11. Trata de no recorrer tramos cortos
El funcionamiento en frío aumenta el desgaste de las piezas e impide que el aceite se caliente. Además, el lubricante se mezcla con algo de gasolina y vapor.
12. Cuidado con los golpes de los neumáticos en las aceras
Los expertos hablan de la ‘memoria de los neumáticos’: si no se cuida la goma o la presión correcta, se producen daños inapreciables en la estructura de la rueda. Tard o temprano los neumáticos se vuelven defectuosos.
13. Espera a que se caliente el motor
Si a un motor se le exige demasiado durante los primeros kilómetros, crece mucho el desgaste. Es conveniente dejar que el agua alcance una temperatura de 90 grados, para el aceite son unos 75 grados. El aceite motor es, precisamente, el que más tiempo tarda en calentarse.
14. Procura hacer cambios de marcha fluidos
Cuando el pie izquierdo se queda enganchado en el pedal de embrague, se produce un desgaste constante. Algo parecido ocurre cuando se engranan las marchas con torpeza y se ‘rasca’ el cambio. Si se juntan varios hábitos de este tipo es probable que el embrague no resista ni 15.000 km.
15. Olvida las maniobras bruscas
El semáforo se pone en verde y el coche sale disparado hasta el próximo, donde clava los frenos. El que se acostumbra a este estilo de conducción desgasta mucho los frenos y la transmisión. La próxima vez, piensa que un sobre esfuerzo inncesario precipita el fin de la vida útil de las piezas de desgaste. Y que con una conducción eficiente ahorrarás combustible.
Fuente: autobild