Era temporada de invierno y el agua de la tubería se enfrió demasiado por lo que decidimos aislar una tubería de agua que se encuentra en una zona fría de la casa, como por ejemplo el garaje. De esta manera, evitamos condensaciones y, además, pérdidas de calor cuando lleven agua caliente y congelaciones. Increíble ¿verdad? ¡Pruébalo!
APRENDE CON NOSOTROS PASO A PASO:
Paso 1
El material con el que resulta más fácil aislar tramos largos y rectos de tubería es un recubrimiento flexible de espuma o “coquilla”, y en el mercado lo encontraremos en diferentes tamaños y diámetros, lo que nos permitirá elegir el adecuado en función del tamaño de la tubería que vayamos a forrar.
Paso 2
Lo primero que tendremos que hacer es tomar la medida del tramo que vamos a cubrir y transportarlo a la pieza de espuma, con la ayuda de un flexómetro.
Paso 3
Después, con unas tijeras o un cortante cortamos el recubrimiento a medida.
Paso 4
Su colocación es sencilla. Abrimos la pieza con un corte longitudinal, que en algunos casos ya viene hecho de fábrica.
Paso 5
De esta manera, la encajamos en la tubería envolviéndola en su totalidad.
Paso 6
Para sellar perfectamente el aislamiento aplicaremos en los bordes de la abertura un pegamento universal extra-fuerte, flexible, resistente al agua y los cambios de temperatura.
Paso 7
Con este aislamiento flexible de espuma evitaremos pérdidas de calor y controlaremos el goteo por condensación en las tuberías.