Aunque todavía las personas nacidas dos generaciones atrás para poder sacar dinero del banco o depositarlo en sus cuentas tenían que acudir a las instituciones que les correspondían y pasar horas en fila, esperando su turno, hoy en día dicho problema prácticamente no existe. Todo esto, gracias a una idea brillante que lo verás a continuación.
Se trata de crear un aparato capaz de manejar los ingresos de forma inteligente y automatizada, sin necesidad de disponer del dinero en forma tangible. Puesto que, de momento, la mayoría de las compras y ventas en el mundo se realizan mediante el uso de las tarjetas de pago, apostamos que no quedan muchas personas que no sepan manejar el cajero.
Empecemos con un poco de historia
El prototipo de los cajeros automáticos contemporáneos fue diseñado todavía en 1939 por un americano de origen armenio llamado Luther G. Simijian. Creado para City Bank de Nueva York cumplía su función durante medio año, después del que fue desmontado (no por problemas técnicos, sino falta de aceptación por parte de los clientes). Fue, sin embargo, un inventor escocés, John Shepherd-Barron, quien patentó la máquina y dio inicio a la época de los cajeros automáticos exactamente el 27 de junio de 1967.
Rápido, eficaz y cómodo
Gracias a la tecnología sobre la cual fueron (y siguen siendo) basados los cajeros, ninguno de los afortunados poseedores de una tarjeta de pago tiene que preocuparse por el hecho de no llevar encima nada de efectivo. Su funcionamiento es tan cómodo y útil que nos permite sacar billetes en cualquier lado, directamente desde nuestras cuentas corrientes. Lo único de lo que tenemos que asegurarnos cada vez que se nos ocurra salir sin blanca, es llevar consigo la tarjeta y conocer la ubicación de alguna máquina que pueda emitirnos dinero.
¡Ojo!
Por desgracia, pese a su gran utilidad y facilidad de manejo, en el mundo existen personas con ganas de sacar provecho incluso de este magnífico invento. Los ladrones, al tanto de la mayoría de las novedades tecnológicas, muy a menudo no dejan pasar ni una ocasión para quedarse con lo ajeno. Lo peor de todo es que con cada vez más frecuencia los cajeros automáticos se convierten en sus armas secretas. ¿Qué hacer para impedir que nos roben? A continuación te lo contamos todo.
¿Que es un “skimmer”?
Para poder protegerte de los ladrones, es necesario que seas consciente de sus trucos. En la mayoría de los casos, lo que usan para dejarte con un cero en la cuenta es un “skimmer”. Es un tipo de cubierta que los delincuentes insertan en la abertura en el que se introducen las tarjetas de pago. Así, gracias al apoyo proporcionado por una mini cámara instalada sobre dicha superposición, se gana el acceso a nuestras cuentas bancarias. Ya que este método se está haciendo cada vez más “popular”, merece la pena decir algo más acerca de él.
No te dejes engañar
Con la ayuda de lo que logran copiar, los delincuentes pueden incluso ser capaces de hacer copias exactas de las tarjetas de pago, que les van a servir para sacar dinero de los cajeros de manera rápida y fácil. ¿Crees que estás protegido con el código PIN? Hasta cierto punto te equivocas: no es tan difícil deshacerse de este “problema”… Basta con saber instalar otra cámara pequeña, con el objetivo dirigido hacia el teclado. Gracias a ella, podrán ver recordar el PIN todas las veces que quieran.
Difícil pero no imposible
Eso, sin embargo no es todo. Los más bravos y avanzados en su “arte” suelen instalar… teclados propios que recuerdan todo lo que los usuarios marcan sobre ellos. Lo único que podemos hacer para impedir robos y sentirnos más seguros en relación con los cajeros automáticos es intentar detectar el “skimmer”. Si bien no es una tarea fácil, se puede disimular acostumbrándose a realizar un par de acciones.
CONSEJOS QUE ESTÁ BIEN TENER EN CUENTA:
- Introduciendo el código PIN siempre tapa el teclado con la otra mano.
- Fíjate si ningún aparato sospechoso no está conectado a la máquina.
- Evita usar cajeros instalados en los lugares “de mala muerte”.
- Fija un límite diario de dinero que puedes sacar.
- Si introduciendo la tarjeta de pago en la abertura notas que la entrada no está estable, NO saques dinero.
No permites que te roben a ti ni a tus seres queridos: por tu propio bien, pasa la noticia a otras personas.