Cuida tu salud en casa evitando el agua helada en exceso, las consecuencias son terribles

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Cada vez que llega el verano lo primero que hacemos es tomar agua helada, no lo pensamos, tenemos la seguridad que haciendo eso calmaremos el calor de la temporada y podremos recuperar el ánimo. Diversos estudios médicos aconsejan que beber agua helada no es nada saludable, que por el contrario estamos cometiendo un atentado contra la salud.

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Lo que recomiendan los especialistas es olvidarse del agua helada entre comidas, en vez de eso, acompañar los alimentos con agua tibia

1. Restringe la digestión
Los expertos afirman que el agua helada, e incluso otras bebidas heladas, contraen nuestros vasos sanguíneos, restringiendo así la digestión. También obstaculiza el proceso natural de absorción de nutrientes durante la misma. El foco del cuerpo se desvía de dicho proceso, ya que trata de regular la temperatura del organismo y la del agua.

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2. Dolor de garganta
Beber agua te proporciona una mayor probabilidad de padecer dolor de garganta y taponamiento nasal. En otras palabras, ingerir agua muy fría, especialmente después de una comida, resulta en una acumulación excesiva de moco (mucosa respiratoria) y, por lo tanto, acaba formando una capa protectora en las vías nasales.

3. Inhibe la descomposición de las grasas
Los especialistas también han afirmado que si una persona bebe mucha agua fría justo después de una comida, la temperatura comienza a solidificar las grasas de los alimentos que se acaban de ingerir, por lo que resultará difícil para el organismo descomponer las menos deseadas.

4. Podría disminuir la frecuencia cardíaca
Algunos estudios también han demostrado que el agua fría puede tener un papel fundamental que desempeñar en la disminución del ritmo cardíaco. Beber agua con hielo, supuestamente, estimula el décimo nervio craneal, es decir, el nervio vago. Éste forma una parte significativa en el sistema nervioso autónomo del cuerpo, y media la disminución de la frecuencia cardíaca.

5. El factor más chocante
Tampoco es aconsejable ingerir agua fría después de un entrenamiento. Los expertos en fitness sugieren que es mejor tomar un vaso de agua tibia justo tras entrenar, ya que cuando acabamos de ejercitarnos, nuestro cuerpo genera un montón de calor, y el desajuste de las temperaturas podría desembocar en un gran daño al tracto digestivo.

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