Existen varios tipos de soldadores y hoy vamos a hacer una breve exposición, detallando sus principales características desde los menos potentes hasta los de máxima potencia.
En esta ocasión veremos la diferencia entre soldadores eléctricos y de gas. ¡Toma nota!
LOS SOLDADORES ELÉCTRICOS
Constan de varios modelos; como el lápiz térmico para fundir estaño o los grandes soldadores eléctricos, que se distinguen a su vez entre corriente alterna y corriente continua.
1. Los soldadores eléctricos de corriente alterna: provocan una “alternancia” en la tensión eléctrica entre ambos polos, por lo que dejando pasar la carga de manera alterna, calienta el electrodo al hacer éste contacto, y así se funde y calienta así mismo la pieza a soldar.
2. Los soldadores eléctricos de corriente continua o “inverter”: que mantienen el arco de soldadura o de corriente siempre continuo, por lo que la soldadura se produce de manera más fluida y potente.
Estos revolucionarios equipos ofrecen unas prestaciones increíbles a pesar de su pequeño tamaño. Son tan manejables que se llevan colgados, y sobre todo, no requieren la alimentación tan alta que necesitan los de corriente alterna para realizar el mismo trabajo.
Entre los soldadores de gas también se dividen en dos: los de alimentación solo de gas soplado y los de gas mezclado con oxígeno.
1. Los soldadores de gas butano o propano, son los típicos soldadores del fontanero o el instalador de tela asfáltica. Están formados por una botella, manguera y soplador ó soplete que canaliza a mayor presión el gas para así conseguir una mejor combustión y más poder calorífico. Perfecto para soldar cobre, estaño, y aleaciones algo más duras.
Los sopletes de oxígeno mezclado: lo que provocan es el efecto de una fragua en la boquilla por la que encendemos la mezcla de: primero gas, y segundo y poco a poco, oxígeno ; una vez encendido, vamos abriendo hasta conseguir una llama azulada muy fina y claramente contorneada . Con esta fundiremos el acero a nuestros pies.