Con el paso del tiempo, las grietas comienzan a aparecer en nuestras paredes y afectan terriblemente el diseño de nuestro hogar. Incluso, podrían ser muy peligrosas si no las reparamos a tiempo.
En ese sentido, Manos a la Obra te muestra cómo repararlas de una manera muy sencilla y casera. Si la grieta es muy grande o profunda y comienza a afectar la estructura, lo mejor será recurrir a un profesional. Pero, si son pequeñas grietas, entonces tú mismo puedes solucionarlo.
Para este caso necesitarás una espátula, una lija, un trapo limpio, una masilla para cubrir grietas y pintura. No es nada costoso y podrás hacerlo en segundos. ¡Comenzamos!
Lo primero que debes hacer es repasar la grieta con una espátula para eliminar los desperfectos que están en su interior. De esta forma la masilla tendrá una mejor adherencia a la superficie. Luego de pasar la espátula en ambos sentidos, limpia la zona con un trapo limpio y prepara la superficie para los siguientes pasos.
Ahora coloca la masilla en la zona dañada; y con la espátula añade un poco en sentido horizontal para que se integre a la grieta. Luego, aplica más producto de manera vertical. Si la grieta es de varios centímetros, conviene hacerlo por partes, para que así te asegures que la zona quede bien reparada.
Cuando tengas la masilla bien extendida, deja que seque por un tiempo (siguiendo las indicaciones del fabricante). Luego, pasa un taco de lija sobre la zona para que iguales la superficie de la pared. Limpia la zona y procede a pintarlo.
Al momento de pintar la pared, aprovecha de renovar los colores y crea un ambiente más fresco. Ya no tendrás que tener cuidados especiales en la zona agrietada ya que la pared estará igualada y quedará perfectamente para cualquier diseño.
Sigue el paso a paso de este video y procede a reparar cualquier grieta. 😉