Si disponemos en casa de puertas correderas, lo mejor es que estas dispongan de topes, ya que de no tener ningún tope de apertura corremos el riesgo de aplastarnos los dedos. ¡Ten mucho cuidado!
Por ello, para evitar estos posibles accidentes con las puertas correderas, y sin tener que desmontar la puerta entera para poner un tope interior, les proponemos colocar en la hoja un tope de los que habitualmente se ponen en el suelo. Lo fijaremos con unos tirafondos.
¡Manos a la obra!
Paso 1
Entre la amplia gama de topes para el suelo que podemos encontrar en el mercado, nos hemos decantado por un modelo metálico, en la línea del tirador.
Paso 2
Como tenemos que determinar el punto exacto en el que vamos a colocar la pieza, recogemos la puerta hasta dejar un margen suficiente para que libre la mano. Desmontamos el tope de goma, lo presentamos en la puerta y marcamos el punto de fijación.
Paso 3
Con el taladro y una broca para madera provista de un tope, que colocaremos a la medida del vástago que queremos introducir, hacemos un agujero ciego en la puerta.
Paso 4
Ponemos el protector de goma, introducimos el vástago y lo colocamos en el orificio que hemos realizado en la puerta corredera.
Paso 5
A continuación, atornillamos el tope de forma que quede bien fijo a la puerta.
Paso 6
De esta forma tan sencilla y económica habremos resuelto el problema: ahora ya podremos abrir y cerrar la puerta con total seguridad.
