En la naturaleza existen miles de fenómenos que han desconcertado a la humanidad durante milenios. La mayoría son tan hermosos como impresionantes. Las aguas del sur de Francia son hogar de la isla de Ré que cuenta con playas fantásticas en las que pueden aún apreciarse vestigios de antiguos búnkeres nazis. Pareciera que se trata de una isla como cualquier otra de la zona. Pero hay algo que la distingue del resto.
A simple vista, las olas que se formas en su orilla parecieran formar un tablero de ajedrez. La vista es tan espectacular que el faro es punto de encuentro para turistas y locales que quieres apreciar el extraño fenómeno que, si bien los antiguos pensaban se formaba por una fuerza mágica, existe una explicación científica para ella.
Justo en el límite de dos mares, en lo que se le conoce como Cruce de mares, es dónde se localiza la isla de Ré. Bajo la superficie del agua los diferentes sistemas de olas se cruzan en un ángulo oblicuo (que no es recto), cuando las condiciones permiten que estos patrones se mantengan es entonces que pueden producirse estas celdas cuadradas.
Más allá de la innegable belleza de este fenómeno es importante recalcar que es igualmente peligroso para los bañistas. Las fuertes corrientes generadas pueden desencadenar en otras denominadas Corrientes de resaca, que se asimilan a “un río corriendo que se aleja de la costa”; el color de dicho rió es ligeramente diferente y contiene burbujas; si dentro del mar hay algunos objetos sueltos como ramas o basura estas corrientes rápidamente las atraen y las alejan de la costa.
El peligro real no es ser arrastrado por ellas mar adentro, sino la forma en que la persona reacciona: muchos bañistas entran en pánico y tratan de nadar contra la corriente, cansándose enseguida y hundiéndose. La clave para escapar no es nadar contra ella sino en paralelo a la orilla, escapando de esta forma.
Sin duda un fenómeno inusual que, aún luego de conocer su causa, nos mantiene maravillados debido a su belleza y particularidad.