Muchas personas llevan consigo una botella de agua durante el verano para mantenerse hidratados y hacer frente a las altas temperaturas propias de esta estación. Tras varias horas fuera de la nevera, nuestra bebida se calentará irremediablemente, recordándonos a una sopa o, en el mejor de los casos, a un tibio consomé. Mira cómo el agua recuperará su antigua frescura con solo añadir unos hielos y es que en esta, el tamaño del hielo sí importa.
Los hielos pequeños se deshacen muy rápido aguando la bebida, y los grandes, aunque resistentes, no caben por el cuello de la botella obligándonos a usar y ensuciar un vaso.
Desde el canal de trucos para el hogar JapaneseLifehacker, nos enseñan a preparar el hielo perfecto de forma usando una bolsa zip y palillos chinos. Existen otras muchas soluciones, quizá más sencillas, pero ninguna tan económica como esta.